martes, 15 de febrero de 2011

El comienzo del fin

Como cada día, como cada minuto, comienza una nueva etapa, una nueva vida. Cambiante como el tiempo irremediable. Destructora como el tiempo insignificante.
Así es la vida. Así es su período de existencia en el que me arriesgo a vivir cada segundo, obvio que sin dejar de lado esos placeres de la fantasía que me lleva a destinos inhóspitos en los que mi ser, mi sujeto social desaparece, se aisla para ponerle fin a todo.
Hoy estoy acá, sin esperanzas de nada. Con los miedos de siempre incrementados por el dolor de la vida, por el miedo a seguir en ella. Por el dolor de perder el tiempo sin dejar nada en el mundo útil para quien quiero que sea útil.
Hoy soy nada, como siempre. Más nada que nunca.
Pero acá estoy, sin sentido, escribiendo para nadie.

Lu.-

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